El apertura 2021 finalizó y con ello los Diablos Rojos del Toluca ya pueden hacer el recuento de los daños, un recuento que nos muestra lo irregular que fue el equipo, con más momentos de tristeza que de alegría para el aficionado y que nos deja un síntoma horrendo del cual se escribirá más adelante.
La temporada inició con la
incertidumbre que se da torneo tras torneo desde hace muchos años:
contrataciones de jugadores sin mucho cartel, renovaciones que se veían con
buenos ojos en el momento y la ilusión de que todo sería aún mejor después de
la “buena” imagen que se dio en la liguilla pasada.
El principio fue aún mejor de lo que
se esperaba con tres triunfos consecutivos, dos de visita y uno frente a unos
diezmados, pero competitivos, Tigres. Había gol, había un poco de orden y se
veía ese algo que indicaba que, a pesar de no tener nombres relevantes, el
juego de conjunto suplía la falta de calidad en algunas zonas.
Llegó el primer bache, tres
partidos sin ganar, una goleada en contra y los primeros puntos que se dejaban
ir contra un rival directo en la tabla de cocientes. Cruz Azul le pasó por
arriba al Toluca, quizás uno de esos accidentes del fútbol porque todos los
errores que se podían dar se dieron del lado rojo; Mazatlán se robó un punto
del Nemesio Diez, mostrándose que el local en el segundo tiempo. Para algunos
los focos rojos empezaban a prenderse, para otros fue cosa menos. El partido
contra Atlas fue olvidable, un punto de visita no era malo en ese momento y la
confianza seguía.
La segunda racha buena empezó
después del somnífero encuentro en el Jalisco. Frente a Pumas se tuvo un
partido complicado, se logró ganar aprovechando el hombre de más que se tuvo
durante casi todo el partido; contra Pachuca fue un gol de último minuto lo que
hizo la diferencia, se jugó bien, no se puede negar y en una cancha que se
complica mucho, eso dio más valor al triunfo.
Finalmente, el partido más esperado
para muchos aficionados del Toluca se dio. Enfrentar al América es algo diferente,
muchos viven sólo para ese partido y casi casi dan el torneo por bueno por sólo
ganar este encuentro, en lo personal es un partido más para mi, no se me hace
la gran cosa y bueno, respeto a quienes lo creen lo más importante.
Toluca aplastó al equipo que
llegaba como líder e invicto, pudo ser una goleada y no fue así dada la mala
puntería. Este partido fue el parteaguas del torneo, parece ser que se jugaban
el título y, lamentablemente, se dio el síndrome del equipo chico: jugar bien
contra el equipo capitalino y de ahí se desinflan todos y parece que sólo
contra ellos se saca lo mejor. Doloroso eso, doloroso porque sabemos que Toluca
no está ni cerca de ser un equipo chico, sin embargo, sus actuaciones
posteriores indican que juega como uno así.
El panorama se veía despejado
dado que la parte más dura del calendario había pasado, quedaban varios
encuentros en casa frente a equipos no tan fuertes y se creía que tanto
saldríamos del problema porcentual como se pelearía por ser de los mejores
cuatro. Grave error. Contra Monterrey se dio un buen partido pese a haber
perdido, muchas llegadas, muchos postes y estaba dentro de las derrotas
presupuestadas, de ahí todo empezó a ponerse gris, negro y peor.
Dos partidos en casa frente a San
Luis y Querétaro hacían pensar que los seis puntos eran casi seguros, nada más
lejos de la realidad. San Luis se llevó el triunfo y Querétaro estuvo muy cerca
de hacer lo mismo gracias a la displicencia roja por no matar un encuentro que
tenía controlado. Después de eso se viajó a Zapopan para perder contra un
Guadalajara que tampoco traía mucho.
Toluca acumulaba cuatro sin
ganar, cuatro sin buen fútbol y cuatro donde las dudas se acrecentaban. Frente
a Necaxa, en casa, se rescató un punto que se convirtió en algo valioso dado
que se jugó con un hombre menos durante mucho tiempo. En Torreón se jugaron los
mejores 45 minutos de la segunda mitad del torneo y sólo una desatención
general evitó que se trajeran el triunfo, uno que habría cambiado la manera de
cerrar el torneo.
León fue un buen sinodal, se
siguió con la inoperancia ofensiva, pero se mantuvo el cero en puerta. Aquí
Toluca perdió toda posibilidad de depender de si mismo para entrar en los
primeros cuatro del torneo, aún con la horrenda racha que se traía se tenía esa
oportunidad. Se cerró el torneo con una horrorosa derrota en Puebla, no tanto
por el marcador sino por lo mostrado en cancha. Un equipo desangelado, con un
técnico que se ve abrumado y una directiva inoperante es lo que fue el Toluca.
Con todo y eso, se llegó al repechaje y se puede aspirar al título, por muy
loco que se lea eso.
Analizando al equipo en lo general
nos quedamos que parece un equipo sin alma. Era una ilusión lo que se vio
durante las primeras nueve jornadas, pero el rendimiento general no debería
haber sido tan paupérrimo como se vio en la segunda mitad del torneo. ¿Cómo es
posible que un grupo de profesionales puedan tener momentos tan altos y momentos
tan bajos por largo tiempo? Hay muchos problemas que no se pueden arreglar y
más si tomamos en cuenta que se mantuvo una base que el técnico quería.
En la portería creo que se vio a
un Luis García más sólido que en otros torneos, ya tiene confianza y seguridad,
lamentablemente una lesión le impidió jugar la parte final del torneo. Gustavo
Gutiérrez cumplió bien cuando tuvo que entrar, se le vio lo novato en algunas
jugadas, pero si se le da confianza y preparación se puede convertir en un
sólido suplente. Alfredo Saldívar ya debe salir del club.
La defensa fue un área muy
castigada por lesiones y ausencias, no se logró estabilidad en esta zona y eso
se vio a lo largo del torneo. Barbieri y Ortega eran la pareja titular, la
lesión del argentino hizo que entrara al tiro Vanegas, hombre que si bien no es
el próximo Da Silva, mejoró su nivel partido a partido. Sartiaguín tuvo algunos
minutos, Torres Nilo jugó tanto de lateral como de central sin notarse tanto y
en los laterales Salinas se lesionó, Raúl López vino de más a menos, Rigonato sólo
fue su gol contra Pachuca y el joven Rodríguez tuvo buenos momentos en la
lateral izquierda.
La media de contención fue de
Baeza y Vázquez, hombres que jugaron bien en muchos momentos y en otros dieron
que desear. No fueron estables y eso se notó en ciertos momentos. La falta de
otro contención que los refrescara se notó dado que Ríos casi no tuvo minutos
(y no tiene nivel ya) y González tuvo sus primeros minutos en la última fecha.
Un poco más arriba tuvimos a Sambueza y Castañeda, el primero empezó a todo galope y se quedó sin combustible por diversas razones. Castañeda no se acomodó nunca en el esquema actual y si bien tuvo chispazos su actuar gris lo llevó a la banca en muchos partidos. El fútbol del Toluca siempre salió de los pies del 14 rojo, se agradece que sea un profesional de cabo a rabo,, pero depender de un jugador de 37 años no es algo que sea positivo, sumado a eso que su producción decayó y sus compañeros no lograron dar el salto para suplir eso (aunque también había momentos en que el ritmo no era el ideal para la posición en que juega).
La delantera fue una lágrima. El
otrora campeón de Goleo, Alexis Canelo, volvió a su nivel normal, sumando a eso
múltiples lesiones, y no pesó. De Ian González, Michael Estrada y Brian Samudio
poco y nada que decir, poco aporte de todos. Uno con ganas y sin calidad, otros
con displicencia y otro que se veía perdido fueron nuestro ataque. El “Puma”
Chávez tampoco es que haya sobresalido, pero con su par de chispazos en poco
tiempo de juego se le vio un “algo” más que a los extranjeros.
El técnico es cosa aparte. Quizá
dentro del vestidor hubo crítica y autocrítica, regaños, momentos donde recalcó
la importancia de defender a la institución de manera loable, pero lo que
mostró a la afición y la prensa fue otra cosa. Siempre veía todo bien, aunque
en la cancha era claro que no, hablaba bonito decía que había trabajo, no
reflejado, y al final se rompió. En la conferencia frente a Puebla la
frustración se apoderó de él y empezó a repartir culpas (de manea disfrazada).
Para acabar, resulta extraño que
tantas lesiones musculares, entre otras, hayan invadido al equipo. Ojalá se
ponga énfasis en ello porque eso fue motivo de que no se haya mantenido la
estabilidad en muchas zonas de la cancha.
Si bien numéricamente y en posición
final el torneo fue de los menos malos de los últimos tiempos, eso no sirvió de
mucho. En el aspecto futbolístico no hubo mejora, en cualquier lugar del mundo
si no ganas durante la mitad de tu torneo ni de chiste podrías aspirar al
título, bendita Liga MX que permite soñar no sólo a ocho sino a doce equipos y
sí, en liguilla todo puede pasar, así que la vela sigue encendida, de manera
tenue, pero encendida para muchos.
En el aspecto porcentual no hubo
gran cambio, se perdieron puntos contra rivales directos, la multa nos respira
en la nuca. No hay descenso, eso alivia a muchos, en lo personal es vergonzoso
tener que estar involucrados en este tema después de años y años de estar en la
parte alta de la liga, sin embargo, es un justo castigo por hacer las cosas mal
en todos los niveles.
El rival en repechaje serán los Pumas
de la UNAM, equipo que cerró bien el torneo, todo lo contrario de los Diablos
Rojos. Será un encuentro interesante y ya de ahí lo que venga es bueno, ya en
unos días escribiremos de ello, en esa etapa se podría lavar la mala imagen que
se dejó en la fase regular, la cual fue el punto de este escrito. Gracias por
leer y seguimos apoyando siempre al Deportivo Toluca.
TOLUCA APERTURA 2021: DE LA LUZ A
LA OSCURIDAD
El apertura 2021 finalizó y con
ello los Diablos Rojos del Toluca ya pueden hacer el recuento de los daños, un
recuento que nos muestra lo irregular que fue el equipo, con más momentos de
tristeza que de alegría para el aficionado y que nos deja un síntoma horrendo
del cual se escribirá más adelante.
La temporada inició con la
incertidumbre que se da torneo tras torneo desde hace muchos años:
contrataciones de jugadores sin mucho cartel, renovaciones que se veían con
buenos ojos en el momento y la ilusión de que todo sería aún mejor después de
la “buena” imagen que se dio en la liguilla pasada.
Todo inició aún mejor de lo que
se esperaba con tres triunfos consecutivos, dos de visita y uno frente a unos
diezmados, pero competitivos, Tigres. Había gol, había un poco de orden y se
veía ese algo que indicaba que, a pesar de no tener nombres relevantes, el
juego de conjunto suplía la falta de calidad en algunas zonas.
Llegó el primer bache, tres
partidos sin ganar, una goleada en contra y los primeros puntos que se dejaban
ir contra un rival directo en la tabla de cocientes. Cruz Azul le pasó por
arriba al Toluca, quizás uno de esos accidentes del fútbol porque todos los
errores que se podían dar se dieron del lado rojo; Mazatlán se robó un punto
del Nemesio Diez, mostrándose que el local en el segundo tiempo. Para algunos
los focos rojos empezaban a prenderse, para otros fue cosa menos. El partido
contra Atlas fue olvidable, un punto de visita no era malo en ese momento y la
confianza seguía.
La segunda racha buena empezó
después del somnífero encuentro en el Jalisco. Frente a Pumas se tuvo un
partido complicado, se logró ganar aprovechando el hombre de más que se tuvo
durante casi todo el partido; contra Pachuca fue un gol de último minuto lo que
hizo la diferencia, se jugó bien, no se puede negar y en una cancha que se
complica mucho, eso dio más valor al triunfo.
Llegó el partido más esperado
para muchos aficionados del Toluca. Enfrentar al América es algo diferente,
muchos viven sólo para ese partido y casi casi dan el torneo por bueno por sólo
ganar este encuentro, en lo personal es un partido más para mi, no se me hace
la gran cosa y bueno, respeto a quienes lo creen lo más importante.
Toluca aplastó al equipo que
llegaba como líder e invicto, pudo ser una goleada y no fue así dada la mala
puntería. Este partido fue el parteaguas del torneo, parece ser que se jugaban
el título y, lamentablemente, se dio el síndrome del equipo chico: jugar bien
contra el equipo capitalino y de ahí se desinflan todos y parece que sólo
contra ellos se saca lo mejor. Doloroso eso, doloroso porque sabemos que Toluca
no está ni cerca de ser un equipo chico, sin embargo, sus actuaciones
posteriores indican que juega como uno así.
El panorama se veía despejado
dado que la parte más dura del calendario había pasado, quedaban varios
encuentros en casa frente a equipos no tan fuertes y se creía que tanto
saldríamos del problema porcentual como se pelearía por ser de los mejores
cuatro. Grave error. Contra Monterrey se dio un buen partido pese a haber
perdido, muchas llegadas, muchos postes y estaba dentro de las derrotas
presupuestadas, de ahí todo empezó a ponerse gris, negro y peor.
Dos partidos en casa frente a San
Luis y Querétaro hacían pensar que los seis puntos eran casi seguros, nada más
lejos de la realidad. San Luis se llevó el triunfo y Querétaro estuvo muy cerca
de hacer lo mismo gracias a la displicencia roja por no matar un encuentro que
tenía controlado. Después de eso se viajó a Zapopan para perder contra un
Guadalajara que tampoco traía mucho.
Toluca acumulaba cuatro sin
ganar, cuatro sin buen fútbol y cuatro donde las dudas se acrecentaban. Frente
a Necaxa, en casa, se rescató un punto que se convirtió en algo valioso dado
que se jugó con un hombre menos durante mucho tiempo. En Torreón se jugaron los
mejores 45 minutos de la segunda mitad del torneo y sólo una desatención
general evitó que se trajeran el triunfo, uno que habría cambiado la manera de
cerrar el torneo.
León fue un buen sinodal, se
siguió con la inoperancia ofensiva, pero se mantuvo el cero en puerta. Aquí
Toluca perdió toda posibilidad de depender de si mismo para entrar en los
primeros cuatro del torneo, aún con la horrenda racha que se traía se tenía esa
oportunidad. Se cerró el torneo con una horrorosa derrota en Puebla, no tanto
por el marcador sino por lo mostrado en cancha. Un equipo desangelado, con un
técnico que se ve abrumado y una directiva inoperante es lo que fue el Toluca.
Con todo y eso, se llegó al repechaje y se puede aspirar al título, por muy
loco que se lea eso.
Analizando al equipo en lo general
nos quedamos que parece un equipo sin alma. Era una ilusión lo que se vio
durante las primeras nueve jornadas, pero el rendimiento general no debería
haber sido tan paupérrimo como se vio en la segunda mitad del torneo. ¿Cómo es
posible que un grupo de profesionales puedan tener momentos tan altos y momentos
tan bajos por largo tiempo? Hay muchos problemas que no se pueden arreglar y
más si tomamos en cuenta que se mantuvo una base que el técnico quería.
En la portería creo que se vio a
un Luis García más sólido que en otros torneos, ya tiene confianza y seguridad,
lamentablemente una lesión le impidió jugar la parte final del torneo. Gustavo
Gutiérrez cumplió bien cuando tuvo que entrar, se le vio lo novato en algunas
jugadas, pero si se le da confianza y preparación se puede convertir en un
sólido suplente. Alfredo Saldívar ya debe salir del club.
La defensa fue un área muy
castigada por lesiones y ausencias, no se logró estabilidad en esta zona y eso
se vio a lo largo del torneo. Barbieri y Ortega eran la pareja titular, la
lesión del argentino hizo que entrara al tiro Vanegas, hombre que si bien no es
el próximo Da Silva, mejoró su nivel partido a partido. Sartiaguín tuvo algunos
minutos, Torres Nilo jugó tanto de lateral como de central sin notarse tanto y
en los laterales Salinas se lesionó, Raúl López vino de más a menos, Rigonato sólo
fue su gol contra Pachuca y el joven Rodríguez tuvo buenos momentos en la
lateral izquierda.
La media de contención fue de
Baeza y Vázquez, hombres que jugaron bien en muchos momentos y en otros dieron
que desear. No fueron estables y eso se notó en ciertos momentos. La falta de
otro contención que los refrescara se notó dado que Ríos casi no tuvo minutos
(y no tiene nivel ya) y González tuvo sus primeros minutos en la última fecha.
Un poco más arriba tuvimos a
Sambueza y Castañeda, el primero empezó a todo galope y se quedó sin combustible
por diversas razones. Castañeda no se acomodó nunca en el esquema actual y si
bien tuvo chispazos su actuar gris lo llevó a la banca en muchos partidos. El
fútbol del Toluca siempre salió de los pies del 14 rojo, se agradece que sea un
profesional de cabo a rabo,, pero depender de un jugador de 37 años no es algo
que sea positivo, sumado a eso que su producción decayó y sus compañeros no
lograron dar el salto para suplir eso (aunque también había momentos en que el
ritmo no era el ideal para la posición en que juega).
La delantera fue una lágrima. El
otrora campeón de Goleo, Alexis Canelo, volvió a su nivel normal, sumando a eso
múltiples lesiones, y no pesó. De Ian González, Michael Estrada y Brian Samudio
poco y nada que decir, poco aporte de todos. Uno con ganas y sin calidad, otros
con displicencia y otro que se veía perdido fueron nuestro ataque. El “Puma”
Chávez tampoco es que haya sobresalido, pero con su par de chispazos en poco
tiempo de juego se le vio un “algo” más que a los extranjeros.
El técnico es cosa aparte. Quizá
dentro del vestidor hubo crítica y autocrítica, regaños, momentos donde recalcó
la importancia de defender a la institución de manera loable, pero lo que
mostró a la afición y la prensa fue otra cosa. Siempre veía todo bien, aunque
en la cancha era claro que no, hablaba bonito decía que había trabajo, no
reflejado, y al final se rompió. En la conferencia frente a Puebla la
frustración se apoderó de él y empezó a repartir culpas (de manea disfrazada).
Para acabar, resulta extraño que
tantas lesiones musculares, entre otras, hayan invadido al equipo. Ojalá se
ponga énfasis en ello porque eso fue motivo de que no se haya mantenido la
estabilidad en muchas zonas de la cancha.
Si bien numéricamente y en posición
final el torneo fue de los menos malos de los últimos tiempos, eso no sirvió de
mucho. En el aspecto futbolístico no hubo mejora, en cualquier lugar del mundo
si no ganas durante la mitad de tu torneo ni de chiste podrías aspirar al
título, bendita Liga MX que permite soñar no sólo a ocho sino a doce equipos y
sí, en liguilla todo puede pasar, así que la vela sigue encendida, de manera
tenue, pero encendida para muchos.
En el aspecto porcentual no hubo
gran cambio, se perdieron puntos contra rivales directos, la multa nos respira
en la nuca. No hay descenso, eso alivia a muchos, en lo personal es vergonzoso
tener que estar involucrados en este tema después de años y años de estar en la
parte alta de la liga, sin embargo, es un justo castigo por hacer las cosas mal
en todos los niveles.
El rival en repechaje serán los Pumas
de la UNAM, equipo que cerró bien el torneo, todo lo contrario de los Diablos
Rojos. Será un encuentro interesante y ya de ahí lo que venga es bueno, ya en
unos días escribiremos de ello, en esa etapa se podría lavar la mala imagen que
se dejó en la fase regular, la cual fue el punto de este escrito. Gracias por
leer y seguimos apoyando siempre al Deportivo Toluca.