martes, 8 de marzo de 2016

Gracias Peyton y hasta pronto.


18 de abril de 1998. El Madison Square Garden era sede del draft de la NFL y cuando todo estuvo listo los Indianapolis Colts seleccionaron con el número uno global a un chico flaquillo de los Tennessee Volunteers, hijo de un ex Quarterback de la NFL y que muchos creían tendría un futuro prometedor, su nombre era Peyton Manning y desde ese momento se empezó a escribir una historia de grandeza que el día 7 de marzo de 2016 llegó a su fin.



Manning llegó para regresar a los Colts a los primeros planos. Si bien su primera temporada fue de adaptación y consiguió su primer “récord” (28 intercepciones como novato, nadie ha tenido más que él en su primer temporada) se le vio cómodo y después de esa temporada sus Colts sólo se ausentaron de playoffs bajo su mando en una ocasión.

Manning consiguió todo lo posible con los Colts, premios de jugador más valioso, récords de pases, títulos divisionales, de conferencia, de Super Bowl e hicieron que la franquicia dejara atrás, finalmente, su pasado en Baltimore. Peyton hizo de los Indianapolis Colts un equipo con identidad pero, lamentablemente no todo fue miel sobre hojuelas.



Previo a la temporada 2011 Peyton tuvo que someterse a una operación de fusión de vértebras. Todo mundo creía que el fin se acercaba pues la operación es complicada y para alguien de su edad (34 años en ese entonces) la recuperación pudo no llegar. Manning trabajó duro para recuperarse pero la desastrosa temporada de los Colts les dio la selección global número 1 y eligieron a otro pasador: Andrew Luck. Los Colts veían al futuro con Luck y Manning tuvo que buscar un nuevo destino para seguir su carrera.

John Elway convenció a Manning de unirse a sus Denver Broncos y con esto el equipo de Colorado se convirtió automáticamente en un contendiente no para playoffs sino para ganar el trofeo Lombardi. Manning continuó rompiendo records en su estancia con los Broncos y finalmente pudo conseguir un segundo Lombardi para borrar toda duda de su calidad como pasador.



Los números están ahí, en todos lados los puede consultar uno y ver lo que logró Manning pero su legado va más allá. Un hombre con una actitud profesional, siempre trabajando para ser el mejor, forzando a sus compañeros a crecer y que llegaran a su máximo. Manning fue la figura de la liga, con una actitud y presencia intachables y un jugador comprometido y que venció a la adversidad en más de una ocasión.

Sí, quizá no fue un hombre que ganó mucho en playoffs, muchos dirán que se achicaba en los momentos clave, que es un inflado, que es una farsa por sólo tener 2 anillos de Súper Bowl, que fue sobreprotegido por la liga y la prensa, probablemente tengan razón o puede que no. Manning es un jugador que tiene una base de aficionados que maximizarán todo lo que hizo pero también una base de personas en su contra que resaltarán más lo negativo en su carrera, es parte del deporte y la objetividad puede quedar de lado en muchas ocasiones.




Manning es un ídolo, nadie lo duda. Que sea el mejor pasador de la historia es discutible pero fuimos afortunados de observar una carrera tan plena, tan grande, tan exitosa. La NFL lo va a extrañar no sólo por su calidad como jugador sino por lo que generaba más allá de los emparrillados. Los domingos no volverán a ser lo mismo ahora. Gracias por todo, Peyton y nos encontraremos de nuevo en alguna ocasión.

lunes, 7 de marzo de 2016

Brad Stevens: El futuro de los Celtics.


Era el año 1997, los Celtics venían de un par de temporadas perdedoras, algo que no había sucedido desde mediados de los años setenta y en Boston se prendían los focos rojos pues una franquicia tan ganadora como ellos no podía darse el lujo de seguir así. La pérdida de Reggie Lewis aún, los McHale, Bird, Parish ya no estaban más y M. L. Carr no podía con la dirección del equipo. Todo esto hizo que la directiva se fijara en un hombre ganador a nivel colegial para encargarle el futuro del equipo y el elegido fue el múltiple galardonado coach de los Kentucky Wildcats: Rick Pitino.



El resto es historia. Pitino nunca pudo adaptarse al estilo de juego de la NBA pese a su calidad como entrenador. No pudo desarrollar de buena manera a talento joven como Antoine Walker, Chauncey Billups (a quien cambió en su primera temporada), Ron Mercer, Paul Pierce y el elenco de veteranos que rodeaban a los jóvenes no rindió. Los Celtics se hundieron durante su etapa y con un record de 102-146 finalizó el gran experimento celta con entrenadores de la NCAA.

Vayamos al futuro. Danny Ainge se encargó de confeccionar un equipo ganador, aguantó a Glenn “Doc” Rivers en la dirección del equipo pese a la falta de resultados, arriesgó entregando a sus promesas para adquirir a Kevin Garnett y a Ray Allen para que junto al emblema del equipo, Paul Pierce, crearan un conjunto que a pesar de sólo ganar un título (donde las lesiones impidieron que fueran más) regresó a la élite de la liga.



Pero nada es para siempre. Allen tuvo problemas en Boston y se fue, Garnett y Pierce entraron en años y Rondo, el cuarto mosquetero del equipo, tenía diferencias con Rivers y éste decidió partir a Los Ángeles. Ainge sabía que el equipo tenía que reconstruirse así que mandó a su pareja veterana a los Nets a cambio de contratos exorbitantes y futuras selecciones de draft. También por  Rivers ganó un boleto para la lotería pero ahora necesitaba un guía para su joven equipo y decidió mirar a la liga universitaria y trajo consigo a un superdotado, a un genio joven y a quien le encargaría hacer lo que no pudo hacer Pitino en su época, reconstruir a un equipo joven. El elegido fue un joven de 36 años llamado Brad Stevens.


Lo que recibió Stevens fue un equipo de remedos. Rondo, su máxima estrella, pasó la mayoría de la temporada lesionado; Jeff Green y Avery Bradley no lograban explotar y los otros jugadores entre novatos y veteranos no pudieron con el paquete. El resultado fue un record de 25-57 y los Celtics se ausentaron de playoffs por vez primera desde 2007-2008.  Stevens tuvo un mal inicio pero se veía su capacidad.

La temporada 2014-2015 fue el parteaguas. El equipo empezó lento pero pese a una infinidad de cambios de jugadores (los Celtics tuvieron 44 jugadores diferentes en el roster a través de la temporada)  y de tener un récord perdedor (40-42) el equipo cerró la temporada con un gran básquetbol, reviviendo a jugadores como Isaiah Thomas, Tyler Zeller, Jonas Jerebko y dando oportunidad a Jae Crowder, Marcus Smart, Kelly Olynyk…Stevens mostró lo que es capaz de hacer y aunque cayeron frente a los Cleveland Cavalier 4-0 en la primera ronda dejó un futuro esperanzador.
En la actual temporada los Celtics están haciendo más de lo que creían los expertos con un cuadro base sin estrellas pero con jugadores con hambre de triunfo. Smart, Crowder, Bradley, Thomas se están consolidando tanto que Thomas fue elegido al juego de estrellas. A Día 7 de marzo son séptimos del este con récord de 38-26 y con un juego defensivo que estadísticamente está en el top 5 de la liga. Stevens ha mostrado su calidad y el futuro es muy prometedor para él y su equipo pues tendrán mucho espacio en el tope salarial para intentar traer a algún jugador estrella que vea que hay un proyecto real como para campeonar además el draft podría ser bueno pues los Celtics poseen varias selecciones pero la más importante es la de los Nets que está proyectada para ser entre las primeras 5 y con un poco de suerte la número 1 global.




El futuro es prometedor en Boston. La rueda de la fortuna trajo consigo buena suerte después de que el primer experimento no funcionara y con Stevens los Celtics podrán o no conseguir un título pero han regresado a ser un equipo protagonista mucho antes de lo que todo mundo esperaba.