domingo, 7 de noviembre de 2021

TOLUCA APERTURA 2021: DE LA LUZ A LA OSCURIDAD



El apertura 2021 finalizó y con ello los Diablos Rojos del Toluca ya pueden hacer el recuento de los daños, un recuento que nos muestra lo irregular que fue el equipo, con más momentos de tristeza que de alegría para el aficionado y que nos deja un síntoma horrendo del cual se escribirá más adelante.

La temporada inició con la incertidumbre que se da torneo tras torneo desde hace muchos años: contrataciones de jugadores sin mucho cartel, renovaciones que se veían con buenos ojos en el momento y la ilusión de que todo sería aún mejor después de la “buena” imagen que se dio en la liguilla pasada.

El principio fue aún mejor de lo que se esperaba con tres triunfos consecutivos, dos de visita y uno frente a unos diezmados, pero competitivos, Tigres. Había gol, había un poco de orden y se veía ese algo que indicaba que, a pesar de no tener nombres relevantes, el juego de conjunto suplía la falta de calidad en algunas zonas.



Llegó el primer bache, tres partidos sin ganar, una goleada en contra y los primeros puntos que se dejaban ir contra un rival directo en la tabla de cocientes. Cruz Azul le pasó por arriba al Toluca, quizás uno de esos accidentes del fútbol porque todos los errores que se podían dar se dieron del lado rojo; Mazatlán se robó un punto del Nemesio Diez, mostrándose que el local en el segundo tiempo. Para algunos los focos rojos empezaban a prenderse, para otros fue cosa menos. El partido contra Atlas fue olvidable, un punto de visita no era malo en ese momento y la confianza seguía.

La segunda racha buena empezó después del somnífero encuentro en el Jalisco. Frente a Pumas se tuvo un partido complicado, se logró ganar aprovechando el hombre de más que se tuvo durante casi todo el partido; contra Pachuca fue un gol de último minuto lo que hizo la diferencia, se jugó bien, no se puede negar y en una cancha que se complica mucho, eso dio más valor al triunfo.

Finalmente, el partido más esperado para muchos aficionados del Toluca se dio. Enfrentar al América es algo diferente, muchos viven sólo para ese partido y casi casi dan el torneo por bueno por sólo ganar este encuentro, en lo personal es un partido más para mi, no se me hace la gran cosa y bueno, respeto a quienes lo creen lo más importante.



Toluca aplastó al equipo que llegaba como líder e invicto, pudo ser una goleada y no fue así dada la mala puntería. Este partido fue el parteaguas del torneo, parece ser que se jugaban el título y, lamentablemente, se dio el síndrome del equipo chico: jugar bien contra el equipo capitalino y de ahí se desinflan todos y parece que sólo contra ellos se saca lo mejor. Doloroso eso, doloroso porque sabemos que Toluca no está ni cerca de ser un equipo chico, sin embargo, sus actuaciones posteriores indican que juega como uno así.

El panorama se veía despejado dado que la parte más dura del calendario había pasado, quedaban varios encuentros en casa frente a equipos no tan fuertes y se creía que tanto saldríamos del problema porcentual como se pelearía por ser de los mejores cuatro. Grave error. Contra Monterrey se dio un buen partido pese a haber perdido, muchas llegadas, muchos postes y estaba dentro de las derrotas presupuestadas, de ahí todo empezó a ponerse gris, negro y peor.

Dos partidos en casa frente a San Luis y Querétaro hacían pensar que los seis puntos eran casi seguros, nada más lejos de la realidad. San Luis se llevó el triunfo y Querétaro estuvo muy cerca de hacer lo mismo gracias a la displicencia roja por no matar un encuentro que tenía controlado. Después de eso se viajó a Zapopan para perder contra un Guadalajara que tampoco traía mucho.



Toluca acumulaba cuatro sin ganar, cuatro sin buen fútbol y cuatro donde las dudas se acrecentaban. Frente a Necaxa, en casa, se rescató un punto que se convirtió en algo valioso dado que se jugó con un hombre menos durante mucho tiempo. En Torreón se jugaron los mejores 45 minutos de la segunda mitad del torneo y sólo una desatención general evitó que se trajeran el triunfo, uno que habría cambiado la manera de cerrar el torneo.

León fue un buen sinodal, se siguió con la inoperancia ofensiva, pero se mantuvo el cero en puerta. Aquí Toluca perdió toda posibilidad de depender de si mismo para entrar en los primeros cuatro del torneo, aún con la horrenda racha que se traía se tenía esa oportunidad. Se cerró el torneo con una horrorosa derrota en Puebla, no tanto por el marcador sino por lo mostrado en cancha. Un equipo desangelado, con un técnico que se ve abrumado y una directiva inoperante es lo que fue el Toluca. Con todo y eso, se llegó al repechaje y se puede aspirar al título, por muy loco que se lea eso.

Analizando al equipo en lo general nos quedamos que parece un equipo sin alma. Era una ilusión lo que se vio durante las primeras nueve jornadas, pero el rendimiento general no debería haber sido tan paupérrimo como se vio en la segunda mitad del torneo. ¿Cómo es posible que un grupo de profesionales puedan tener momentos tan altos y momentos tan bajos por largo tiempo? Hay muchos problemas que no se pueden arreglar y más si tomamos en cuenta que se mantuvo una base que el técnico quería.



En la portería creo que se vio a un Luis García más sólido que en otros torneos, ya tiene confianza y seguridad, lamentablemente una lesión le impidió jugar la parte final del torneo. Gustavo Gutiérrez cumplió bien cuando tuvo que entrar, se le vio lo novato en algunas jugadas, pero si se le da confianza y preparación se puede convertir en un sólido suplente. Alfredo Saldívar ya debe salir del club.

La defensa fue un área muy castigada por lesiones y ausencias, no se logró estabilidad en esta zona y eso se vio a lo largo del torneo. Barbieri y Ortega eran la pareja titular, la lesión del argentino hizo que entrara al tiro Vanegas, hombre que si bien no es el próximo Da Silva, mejoró su nivel partido a partido. Sartiaguín tuvo algunos minutos, Torres Nilo jugó tanto de lateral como de central sin notarse tanto y en los laterales Salinas se lesionó, Raúl López vino de más a menos, Rigonato sólo fue su gol contra Pachuca y el joven Rodríguez tuvo buenos momentos en la lateral izquierda.

La media de contención fue de Baeza y Vázquez, hombres que jugaron bien en muchos momentos y en otros dieron que desear. No fueron estables y eso se notó en ciertos momentos. La falta de otro contención que los refrescara se notó dado que Ríos casi no tuvo minutos (y no tiene nivel ya) y González tuvo sus primeros minutos en la última fecha.

Un poco más arriba tuvimos a Sambueza y Castañeda, el primero empezó a todo galope y se quedó sin combustible por diversas razones. Castañeda no se acomodó nunca en el esquema actual y si bien tuvo chispazos su actuar gris lo llevó a la banca en muchos partidos. El fútbol del Toluca siempre salió de los pies del 14 rojo, se agradece que sea un profesional de cabo a rabo,, pero depender de un jugador de 37 años no es algo que sea positivo, sumado a eso que su producción decayó y sus compañeros no lograron dar el salto para suplir eso (aunque también había momentos en que el ritmo no era el ideal para la posición en que juega).

La delantera fue una lágrima. El otrora campeón de Goleo, Alexis Canelo, volvió a su nivel normal, sumando a eso múltiples lesiones, y no pesó. De Ian González, Michael Estrada y Brian Samudio poco y nada que decir, poco aporte de todos. Uno con ganas y sin calidad, otros con displicencia y otro que se veía perdido fueron nuestro ataque. El “Puma” Chávez tampoco es que haya sobresalido, pero con su par de chispazos en poco tiempo de juego se le vio un “algo” más que a los extranjeros.



El técnico es cosa aparte. Quizá dentro del vestidor hubo crítica y autocrítica, regaños, momentos donde recalcó la importancia de defender a la institución de manera loable, pero lo que mostró a la afición y la prensa fue otra cosa. Siempre veía todo bien, aunque en la cancha era claro que no, hablaba bonito decía que había trabajo, no reflejado, y al final se rompió. En la conferencia frente a Puebla la frustración se apoderó de él y empezó a repartir culpas (de manea disfrazada).

Para acabar, resulta extraño que tantas lesiones musculares, entre otras, hayan invadido al equipo. Ojalá se ponga énfasis en ello porque eso fue motivo de que no se haya mantenido la estabilidad en muchas zonas de la cancha.

Si bien numéricamente y en posición final el torneo fue de los menos malos de los últimos tiempos, eso no sirvió de mucho. En el aspecto futbolístico no hubo mejora, en cualquier lugar del mundo si no ganas durante la mitad de tu torneo ni de chiste podrías aspirar al título, bendita Liga MX que permite soñar no sólo a ocho sino a doce equipos y sí, en liguilla todo puede pasar, así que la vela sigue encendida, de manera tenue, pero encendida para muchos.

En el aspecto porcentual no hubo gran cambio, se perdieron puntos contra rivales directos, la multa nos respira en la nuca. No hay descenso, eso alivia a muchos, en lo personal es vergonzoso tener que estar involucrados en este tema después de años y años de estar en la parte alta de la liga, sin embargo, es un justo castigo por hacer las cosas mal en todos los niveles.

El rival en repechaje serán los Pumas de la UNAM, equipo que cerró bien el torneo, todo lo contrario de los Diablos Rojos. Será un encuentro interesante y ya de ahí lo que venga es bueno, ya en unos días escribiremos de ello, en esa etapa se podría lavar la mala imagen que se dejó en la fase regular, la cual fue el punto de este escrito. Gracias por leer y seguimos apoyando siempre al Deportivo Toluca.

TOLUCA APERTURA 2021: DE LA LUZ A LA OSCURIDAD

El apertura 2021 finalizó y con ello los Diablos Rojos del Toluca ya pueden hacer el recuento de los daños, un recuento que nos muestra lo irregular que fue el equipo, con más momentos de tristeza que de alegría para el aficionado y que nos deja un síntoma horrendo del cual se escribirá más adelante.

La temporada inició con la incertidumbre que se da torneo tras torneo desde hace muchos años: contrataciones de jugadores sin mucho cartel, renovaciones que se veían con buenos ojos en el momento y la ilusión de que todo sería aún mejor después de la “buena” imagen que se dio en la liguilla pasada.

Todo inició aún mejor de lo que se esperaba con tres triunfos consecutivos, dos de visita y uno frente a unos diezmados, pero competitivos, Tigres. Había gol, había un poco de orden y se veía ese algo que indicaba que, a pesar de no tener nombres relevantes, el juego de conjunto suplía la falta de calidad en algunas zonas.

Llegó el primer bache, tres partidos sin ganar, una goleada en contra y los primeros puntos que se dejaban ir contra un rival directo en la tabla de cocientes. Cruz Azul le pasó por arriba al Toluca, quizás uno de esos accidentes del fútbol porque todos los errores que se podían dar se dieron del lado rojo; Mazatlán se robó un punto del Nemesio Diez, mostrándose que el local en el segundo tiempo. Para algunos los focos rojos empezaban a prenderse, para otros fue cosa menos. El partido contra Atlas fue olvidable, un punto de visita no era malo en ese momento y la confianza seguía.

La segunda racha buena empezó después del somnífero encuentro en el Jalisco. Frente a Pumas se tuvo un partido complicado, se logró ganar aprovechando el hombre de más que se tuvo durante casi todo el partido; contra Pachuca fue un gol de último minuto lo que hizo la diferencia, se jugó bien, no se puede negar y en una cancha que se complica mucho, eso dio más valor al triunfo.

Llegó el partido más esperado para muchos aficionados del Toluca. Enfrentar al América es algo diferente, muchos viven sólo para ese partido y casi casi dan el torneo por bueno por sólo ganar este encuentro, en lo personal es un partido más para mi, no se me hace la gran cosa y bueno, respeto a quienes lo creen lo más importante.

Toluca aplastó al equipo que llegaba como líder e invicto, pudo ser una goleada y no fue así dada la mala puntería. Este partido fue el parteaguas del torneo, parece ser que se jugaban el título y, lamentablemente, se dio el síndrome del equipo chico: jugar bien contra el equipo capitalino y de ahí se desinflan todos y parece que sólo contra ellos se saca lo mejor. Doloroso eso, doloroso porque sabemos que Toluca no está ni cerca de ser un equipo chico, sin embargo, sus actuaciones posteriores indican que juega como uno así.

El panorama se veía despejado dado que la parte más dura del calendario había pasado, quedaban varios encuentros en casa frente a equipos no tan fuertes y se creía que tanto saldríamos del problema porcentual como se pelearía por ser de los mejores cuatro. Grave error. Contra Monterrey se dio un buen partido pese a haber perdido, muchas llegadas, muchos postes y estaba dentro de las derrotas presupuestadas, de ahí todo empezó a ponerse gris, negro y peor.

Dos partidos en casa frente a San Luis y Querétaro hacían pensar que los seis puntos eran casi seguros, nada más lejos de la realidad. San Luis se llevó el triunfo y Querétaro estuvo muy cerca de hacer lo mismo gracias a la displicencia roja por no matar un encuentro que tenía controlado. Después de eso se viajó a Zapopan para perder contra un Guadalajara que tampoco traía mucho.

Toluca acumulaba cuatro sin ganar, cuatro sin buen fútbol y cuatro donde las dudas se acrecentaban. Frente a Necaxa, en casa, se rescató un punto que se convirtió en algo valioso dado que se jugó con un hombre menos durante mucho tiempo. En Torreón se jugaron los mejores 45 minutos de la segunda mitad del torneo y sólo una desatención general evitó que se trajeran el triunfo, uno que habría cambiado la manera de cerrar el torneo.

León fue un buen sinodal, se siguió con la inoperancia ofensiva, pero se mantuvo el cero en puerta. Aquí Toluca perdió toda posibilidad de depender de si mismo para entrar en los primeros cuatro del torneo, aún con la horrenda racha que se traía se tenía esa oportunidad. Se cerró el torneo con una horrorosa derrota en Puebla, no tanto por el marcador sino por lo mostrado en cancha. Un equipo desangelado, con un técnico que se ve abrumado y una directiva inoperante es lo que fue el Toluca. Con todo y eso, se llegó al repechaje y se puede aspirar al título, por muy loco que se lea eso.

Analizando al equipo en lo general nos quedamos que parece un equipo sin alma. Era una ilusión lo que se vio durante las primeras nueve jornadas, pero el rendimiento general no debería haber sido tan paupérrimo como se vio en la segunda mitad del torneo. ¿Cómo es posible que un grupo de profesionales puedan tener momentos tan altos y momentos tan bajos por largo tiempo? Hay muchos problemas que no se pueden arreglar y más si tomamos en cuenta que se mantuvo una base que el técnico quería.

En la portería creo que se vio a un Luis García más sólido que en otros torneos, ya tiene confianza y seguridad, lamentablemente una lesión le impidió jugar la parte final del torneo. Gustavo Gutiérrez cumplió bien cuando tuvo que entrar, se le vio lo novato en algunas jugadas, pero si se le da confianza y preparación se puede convertir en un sólido suplente. Alfredo Saldívar ya debe salir del club.

La defensa fue un área muy castigada por lesiones y ausencias, no se logró estabilidad en esta zona y eso se vio a lo largo del torneo. Barbieri y Ortega eran la pareja titular, la lesión del argentino hizo que entrara al tiro Vanegas, hombre que si bien no es el próximo Da Silva, mejoró su nivel partido a partido. Sartiaguín tuvo algunos minutos, Torres Nilo jugó tanto de lateral como de central sin notarse tanto y en los laterales Salinas se lesionó, Raúl López vino de más a menos, Rigonato sólo fue su gol contra Pachuca y el joven Rodríguez tuvo buenos momentos en la lateral izquierda.

La media de contención fue de Baeza y Vázquez, hombres que jugaron bien en muchos momentos y en otros dieron que desear. No fueron estables y eso se notó en ciertos momentos. La falta de otro contención que los refrescara se notó dado que Ríos casi no tuvo minutos (y no tiene nivel ya) y González tuvo sus primeros minutos en la última fecha.

Un poco más arriba tuvimos a Sambueza y Castañeda, el primero empezó a todo galope y se quedó sin combustible por diversas razones. Castañeda no se acomodó nunca en el esquema actual y si bien tuvo chispazos su actuar gris lo llevó a la banca en muchos partidos. El fútbol del Toluca siempre salió de los pies del 14 rojo, se agradece que sea un profesional de cabo a rabo,, pero depender de un jugador de 37 años no es algo que sea positivo, sumado a eso que su producción decayó y sus compañeros no lograron dar el salto para suplir eso (aunque también había momentos en que el ritmo no era el ideal para la posición en que juega).

La delantera fue una lágrima. El otrora campeón de Goleo, Alexis Canelo, volvió a su nivel normal, sumando a eso múltiples lesiones, y no pesó. De Ian González, Michael Estrada y Brian Samudio poco y nada que decir, poco aporte de todos. Uno con ganas y sin calidad, otros con displicencia y otro que se veía perdido fueron nuestro ataque. El “Puma” Chávez tampoco es que haya sobresalido, pero con su par de chispazos en poco tiempo de juego se le vio un “algo” más que a los extranjeros.

El técnico es cosa aparte. Quizá dentro del vestidor hubo crítica y autocrítica, regaños, momentos donde recalcó la importancia de defender a la institución de manera loable, pero lo que mostró a la afición y la prensa fue otra cosa. Siempre veía todo bien, aunque en la cancha era claro que no, hablaba bonito decía que había trabajo, no reflejado, y al final se rompió. En la conferencia frente a Puebla la frustración se apoderó de él y empezó a repartir culpas (de manea disfrazada).

Para acabar, resulta extraño que tantas lesiones musculares, entre otras, hayan invadido al equipo. Ojalá se ponga énfasis en ello porque eso fue motivo de que no se haya mantenido la estabilidad en muchas zonas de la cancha.

Si bien numéricamente y en posición final el torneo fue de los menos malos de los últimos tiempos, eso no sirvió de mucho. En el aspecto futbolístico no hubo mejora, en cualquier lugar del mundo si no ganas durante la mitad de tu torneo ni de chiste podrías aspirar al título, bendita Liga MX que permite soñar no sólo a ocho sino a doce equipos y sí, en liguilla todo puede pasar, así que la vela sigue encendida, de manera tenue, pero encendida para muchos.

En el aspecto porcentual no hubo gran cambio, se perdieron puntos contra rivales directos, la multa nos respira en la nuca. No hay descenso, eso alivia a muchos, en lo personal es vergonzoso tener que estar involucrados en este tema después de años y años de estar en la parte alta de la liga, sin embargo, es un justo castigo por hacer las cosas mal en todos los niveles.

El rival en repechaje serán los Pumas de la UNAM, equipo que cerró bien el torneo, todo lo contrario de los Diablos Rojos. Será un encuentro interesante y ya de ahí lo que venga es bueno, ya en unos días escribiremos de ello, en esa etapa se podría lavar la mala imagen que se dejó en la fase regular, la cual fue el punto de este escrito. Gracias por leer y seguimos apoyando siempre al Deportivo Toluca.