Toluca fue al Azteca lleno de esperanzas de poder demostrar que puede competir de poder a poder frente a equipos bien armados de visita y regresó con la canasta llena de goles, vapuleado anímicamente y con muchas dudas en distintas zonas del equipo. La derrota desnudó carencias, aunque llegó en buen momento.
Desde el torneo pasado la saga
roja ha sido muy vulnerable, cometiendo errores y muchos pesaron en distintos
encuentros, lamentablemente contra Cruz Azul se cometieron errores que, además
de infantiles, se fueron al marcador. Barbieri tuvo su peor partido como jugador
de equipo rojo y si bien es normal que en ocasiones un error (quizá dos) puedan
llegar, ser partícipe en los cuatro goles que se recibieron es para resaltar,
de manera negativa.
La culpa no fue sólo de él sino
del equipo en general. Salir desconcentrados frente a un equipo que tiene un
gran plantel, y es el actual campeón, es algo que no se debe permitir a nivel
profesional, todas las áreas del equipo tuvieron falencias, individualmente pesaron
unas más que otras y por zona se fue, literalmente, al infierno el equipo.
En el fútbol la media cancha
sirve tanto para construir como para destruir y la del Toluca no hizo ni una ni
otra cosa. En el encuentro del torneo regular pasado la media de Cruz Azul se
comió al Toluca y en esta ocasión fue lo mismo. “Gallito” y Baeza no pudieron
romper con la creación del rival, no se pudieron hacer de la pelota y por ahí
estuvo todo el asunto.
La parte creativa también falló.
Sambueza quiso, pero no pudo; Castañeda se perdió por la manera en que se fue
dando el juego, por las bandas a sacar el centro, y no encontró manera de
aportar; los ofensivos no tuvieron más que una clara y fue todo. Un desastre lo
que se vio.
Ahora, no por las victorias
acumuladas se era el mejor equipo ni por la aplastante derrota se es el peor. Todos
los equipos pueden perder, sin embargo, hay maneras de perder y la de ayer fue
catastrófica. En 5 minutos se fue al traste el trabajo de una semana y
mentalmente el plantel se vio afectado, se notó eso y Cristante tiene poco
tiempo para recuperarlos pues se viene jornada doble.
¿La derrota del sábado podría ser
el preámbulo de un torneo horrible? No, definitivamente no (o eso espero)
porque hay tiempo para corregir, sumando a eso que hay un rival “accesible” en
puerta eso puede servir para recuperar a quienes peor se vieron y probar a
alguno o algunos que pueden cambiar la cara del equipo en ciertos momentos.
Dolió la manera en que se perdió,
no es el fin del mundo, pero ya es momento en que se ponga mano dura en muchas
zonas y se siembren las bases de un equipo que debe puntuar lo más posible para
dejar de pensar en el cociente y buscar llegar a instancias finales.
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