martes, 11 de abril de 2017

México y el Mundial de 2026

El día 10 de abril de 2017 quedará como un día histórico en cuanto a que se dio el primer anuncio de una candidatura tripartita para organizar un mundial de fútbol. Esto se dio cuando Estados Unidos, México y Canadá realizaron una conferencia de prensa anunciando que buscan ser sedes del mundial a organizarse en 2026. En México todo era felicidad hasta que se mencionó que sólo un 12.5% de los partidos serían realizados en territorio nacional (10 de 80) y tanto afición como medios pusieron el grito en el cielo.



"Una injusticia" mencionaron unos, "migajas lo que nos dan" se leía en todos lados, "México debería buscar su candidatura independiente" también circulaba. Internet se convirtió, como casi siempre en este tipo de casos, en un mar de lágrimas, de indignación, de comentarios agresivos contra Decio de María y la Federación Mexicana de Fútbol. Todo se dio de manera en que no se analizan los pros y los contras de esta situación y sobre todo no se toma en cuenta la realidad para esto.

Empezamos por la situación de la organización. Estados Unidos no tenía necesidad alguna de pedirle a México o a Canadá que lo acompañaran en su candidatura. Ellos cuentan con la estructura, la organización, la capacidad hotelera, la modernidad y los estadios para realizar el evento solos, pero es una buena jugada que se unan a sus países vecinos para demostrar que tanto ellos como la CONCACAF están en busca de la unión y que esa unión los hace más fuertes.



Decio de María hizo una buena gestión hasta ahora en este asunto. Garantizar 10 juegos, que parecen pocos de inicio, pero todo es negociable. Lo que se presentó fue una propuesta inicial, falta mucho para que FIFA diga cuántas cedes se necesitarán para albergar a los futuros 48 equipos. México tiene ciudades para albergar de buena manera a varios equipos, pero no muchas, los estadios en su mayoría son viejos y no tienen la capacidad ni la modernidad para recibir el evento y sí, faltan muchos años, pero hay cosas más importantes que atender que crear estadios.

Quizá lo que más dolió en el orgullo de la afición mexicana fue la repartición de juegos. Que el odiado rival se lleve la mayor parte del pastel y dejen tan poco en nuestro país fue más grave que una golpiza. Claro que se pasó por encima la tradición futbolística que se tiene en México al, hasta el momento, no garantizar un juego de instancias avanzadas (alguna semifinal o el partido de tercer lugar) o hay quien dice que van a dejar grupos "basura" en México, siendo eso casi imposible pues de los 13 grupos que quedarán disponibles para distribuirse, siempre y cuando garanticen que los anfitriones tengan su pase automático, tendrán forzosamente un cabeza de serie de nivel.



Hay muchas especulaciones, mucha tristeza, mucha indignación por un proyecto que lleva un día de vida, hay mucho camino por recorrer. Primero se debe hacer el anuncio de que la candidatura será la ganadora y después a trabajar para que sean más juegos en nuestro territorio y si no es así, disfrutar lo que venga pues podría ser el último mundial que nos toque en casa.

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