lunes, 6 de junio de 2016

EL DRAFT DEL FÚTBOL MEXICANO


Uno de los momentos más esperados, para bien y para mal, en lo que es el fútbol mexicano es el “Draft” de jugadores, el momento donde unos pocos deciden el futuro laboral y profesional de varios deportistas sin que estos puedan hacer algo al respecto.



Este evento tiene su origen en el ya lejano año de 1990 cuando con el pretexto de abaratar costos y eliminar promotores los directivos y dueños de los equipos convirtieron a los pateabalones en un producto, en un cromo repetido que ya no quieres o en uno que te falta para completar la página y que buscas a toda costa.

26 años han pasado ya de esto y parece que no hay punto alguno donde pueda verse un final para este evento que nada tiene que ver con los drafts que se realizan en Estados Unidos donde se busca talento joven para nutrir a los equipos y que exista paridad poco a poco entre todas las franquicias.

El futbolista, en México, se ha convertido en mercancía, todos los que estamos envueltos en el deporte lo sabemos y lo peor es que los involucrados no pueden hacer algo, no tienen capacidad de decidir por su futuro en el caso que los hayan puesto “transferibles”, no pueden decidir a dónde quieren ir y si no les parece lo que les han elegido no tienen muchas opciones: acatar lo que decidieron por ellos, parar 6 meses para ser un jugador libre o dejar de jugar definitivamente. Existe también la opción de quedarte en tu club pero las oportunidades para desempeñar su labor se reducen y quizá también su salario.



Es complicado saber que los esfuerzos que se han hecho para que el jugador esté protegido sea poco o nulo, es más complicado saber que los jugadores están amarrados y no pueden levantar la voz o denunciar sin temor a represalias y cuando lo hacen es porque ya están cerca del retiro o porque no juegan en el país.

Si el fútbol mexicano no fuera tan “sui géneris”  la comisión del jugador no existiría y habría un gremio bien armado de futbolistas para representar los intereses de todos sus compañeros, la Ley Bosman se aplicaría y un jugador al acabar su contrato podría hacer lo que quisiera y llegar a un acuerdo bueno con el club de su elección pero eso no pasa, en México lo que manda es el “Pacto de Caballeros” el cual es inquebrantable.

Todo esto ya lo sabemos y de sobra pero, ¿Qué pasa en las divisiones inferiores? Si el jugador profesional y “de primera” sufre este tipo de maltrato debe ser peor para los de abajo. Seguro muchos sueños han caído y rencores se han originado es complicado de saber dada la poca información que se genera en estas ligas.




Quizás en un futuro la FIFA intervenga, quizá los jugadores se unan a una sola voz, quizá los directivos dejen se decanten por el lado humano, quizás es una exageración y el draft tiene cosas buenas y por eso sigue, no lo sé, de momento no lo sabemos y así seguirá, dejando a los jugadores sin tanto cartel con dudas, a algunos establecidos contentos y a otros no, a los aficionados esperando que sus equipos se refuercen de la mejor manera y a los directivos con unas vacaciones buenas.

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