lunes, 27 de junio de 2016

COPA AMÉRICA CENTENARIO: ¡CHI CHI CHI, LE LE LE, VIVA…MESSI!


La copa América centenario finalizó con una noche que quedará en la memoria de todos los que la vivieron ya sea presencialmente, en la televisión o por alguna señal de internet pero esto no es por la calidad futbolística que se dio durante el partido sino por dos puntos fundamentales: la consolidación de la mejor generación chilena en el fútbol y por la inesperada decisión de Lionel Messi después de no lograr un título con su selección.



La selección chilena sufrió, sudó sangre, aguantó la presión tanto del equipo rival como de los medios, los aficionados y demostraron que en el fútbol la unión, el estar todos conectados y las ganas de sobresalir junto con un buen trabajo de preparación táctico y físico rinden fruto y ese fruto es el campeonato, lástima que no se les está dando su lugar.

Nunca un jugador del equipo perdedor había acaparado más comentarios, más portadas, mas bromas que un título continental y eso está mal, a la selección chilena se le dio un trato como si fuera un equipo cualquiera, como si su título fuera cosa minúscula, una anécdota, un suceso que no vale la pena recalcar.

Chile llegó con dudas a la copa y las disipó todas. Sampaoli fue clave para lo que sucedió el año pasado en su copa, donde fueron por vez primera los mejores del continente y ahora Pizzi aprovechó ese gran grupo que le tocó, le costó un poco de trabajo, pero a la hora buena manejó los hilos de su equipo cual titiritero maneja a sus marionetas y de a poco logró ponerlos en ritmo cuando más lo necesitaban.



Alexis Sánchez, Arturo Vidal, Gonzalo Jara, Mauricio Isla, Claudio Bravo…todos los que participaron en los juegos son dignos representantes de vestir la roja, la roja que ahora ondea por sobre todas las otras elásticas del continente. Ahora tienen otro gran reto el cual es mantenerse en ese nivel competitivo tanto para las eliminatorias como para el mundial, no todos los días llegan jugadores tan buenos y con tanta entrega y hay que sacarles el máximo posible.

El segundo punto es difícil de escribir y de analizar. Lionel Messi explotó y renunció a la selección de Argentina no por falta de equipo, no por falta de ganas de representar a los suyos, se va porque se frustró y esa frustración es causa de la presión tan grande que le han puesto los medios de comunicación, los aficionados y hasta él mismo para ganar.



Messi lleva en sus hombros el fantasma de Maradona desde que consiguió aquel mundial sub-20 del 2005 y quizá desde antes. Lo vieron como el salvador, como el que regresaría a la Argentina a la cima del fútbol pero no es tan sencillo. Messi ha tenido acompañantes de calidad comprobada pero es tanta su figura que estos bajan de nivel cuando comparten cancha con el astro y no lo hacen a propósito sino que les sucede porque saben que ese pequeño genio puede hacer las cosas de manera tan buena que quizá su subconsciente los traiciona y por eso le dejan más la carga a Lionel.


El actual “10” de Argentina hizo bien en querer alejarse de su selección, por salud mental, para que vean que él no es el causante de todas sus derrotas importantes, para que tome aire y si así lo decide, regresar después, para tratar de hacer que el fútbol le de otra oportunidad a nivel selección y pueda, finalmente, ser campeón con su país. 


La copa América dejó muchos momentos de gloria, mucho drama, mucha emoción. Chile se consolidó, Argentina se desmoronó, el fútbol fue escaso en ocasiones pero fue una buena copa. Falta mucho para la siguiente edición y ahora las selecciones deberán concentrarse en las eliminatorias y Messi, Messi deberá concentrarse en si mismo. 

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