Para empezar, hay que destacar que el Puebla de
Larcamón es un equipo bien trabajado, una máquina de seguir tácticamente las
instrucciones de su técnico y que explota las virtudes de sus jugadores, por
ese lado el empate de nuestros Diablos Rojos podría no ser tan malo, pero si
vemos las cosas del otro lado, son ellos mismos quienes se ponen el pie solos y
se complican, sin necesidad alguna, los encuentros.
En ocasiones el peor enemigo del Toluca es el
mismo Toluca. Querer salir jugando sí o sí en todo momento, desconcentraciones
en la defensa, expulsiones sin sentido, momentos de fútbol aletargado y la
falta de contundencia tunden a las aspiraciones del buen fútbol que todos
esperamos y que a cuentagotas hemos presenciado.
Eso sí, garra no le falta a muchos de nuestros
jugadores, varias de las incorporaciones se han adaptado bien al equipo y se
pueden destacar, como en el caso de Ruiz y Angulo, quienes han dejado claro que
llegaron para aportar. Otros jugadores realmente no sé la razón por la cual
siguen: López lleva más de 100 centros sin que tengan destino bueno, (dato
cortesía de mi amigo T-yes) con una labor defensiva no sobresaliente y que está
en el 11 titular por la necesidad de tener mexicanos en campo; Alan Rodríguez
no está para un equipo como el Toluca y quizá se le perdonaría un poco su falta
de peso si fuera un novato, pero a sus 26 no tiene justificación alguna.
En fin, ya tocando el tema del partido actual,
la Franja era una buena prueba para saber dónde estaba parado el equipo y se
pasó de panzazo. Tácticamente la partida fue ganada por los visitantes,
supieron presionar y complicar las salidas, tanto que generaron un error que
acabó en gol. Sólo los últimos minutos de esta mitad se empezó a romper el
esquema enemigo, sin embargo, no hubo fortuna.
El segundo tiempo también se empezó con mucho
ahínco, el cual fue disminuido por los ajustes que hicieron los contrarios,
después de ello llegó la expulsión. Fue ahí cuando se intentó más y mejor el
ataque (pese a la falta de un jugador), sumando que el otro equipo ya tenía
mucho desgaste físico se logró concretar una, pudiendo ser dos si no hubiera
llegado una mala decisión dentro del área.
¿De qué lado nos vamos? ¿Tres juegos sin
derrota o dos sin ganar? Sea como sea, el equipo de Ambriz tiene mucho
potencial, lástima que no se ha explotado del todo y eso es bueno y malo. Bueno
porque sabemos que se pueden venir cosas mejores y es más benéfico que se
llegue al mejor nivel al final del torneo y malo porque es un tanto frustrante
que no podamos apreciar aún lo mejor del equipo.
Viene otro partido en casa, que se debe ganar
sí o sí y esperemos se puedan mostrar lapsos más grandes de regularidad en el
encuentro contra Tijuana, equipo que trae dos ex que seguro vendrán con ganas
de anotarnos.
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