Era el verano del año 2000, el club venía de dar una demostración bastante mala en la liga pero también consiguió la octava liga de Europa para las vitrinas del Santiago Bernabéu. Lorenzo Sanz dejaba la vara alta para su predecesor y no fue sino basándose en la promesa de traer al mejor jugador del equipo rival (Luis Filipe Madeira "Figo") que Florentino se hizo de la presidencia del club en su segundo intento derrotando al mismo Sanz quien buscaba repetir.
Fue a partir de ese momento en que el club tomó un modelo más de empresa que de equipo de fútbol, tratando de sanear la economía del club. La venta de terrenos, la adquisición de jugadores de talla mundial, las giras de verano, la venta de camisetas y publicidad generada fueron destacables, el Real Madrid de nuevo se colocó en el top de los clubes en cuanto a dinero pero no así en el ámbito más importante tanto para socios como aficionados: el deportivo.
Sus primeros años fueron buenos, no se puede dudar pues dos ligas y otra copa de Europa para el club, entre otros títulos, así como la famosa política de "Zidanes y Pavones" auguraban un futuro prometedor para los de Chamartín, pero la sombra del fracaso estaba cerca de presentarse para Florentino y los suyos.
El primer gran error de Florentino llegó al no renovar al técnico Vicente del Bosque, hombre que sabe mucho de fútbol y que supo guiar a buen puerto a un vestuario lleno de hombres y nombres, alcanzando un nivel de brillantez muy fuerte y conquistando tanto a propios como extraños. Su relevo, el portugués Carlos Queiroz, venía de ser uno de los pupilos más avanzados de Alex Ferguson y por ende se le dio la confianza de tomar las riendas del club.
La primera pregunta que podría venir a la mente es ¿Por qué tratar de arreglar algo que no está roto? ese algo era el Real Madrid y al parecer el cambio no había venido mal. En la liga se competía mano a mano con el Valencia, en Champions se había eliminado al todo poderoso equipo alemán Bayern Munchën y en la siguiente fase venía una presunta víctima que era el Mónaco, equipo que venía siendo la sensación del torneo.
Llegó abril, un mes que fue la catástrofe y empezó a desmoronar al club desde sus cimientos. La eliminación frente a un Mónaco guiado por el ex madridista de Fernando Morientes y el francés Lodovic Giuly; una seguidilla de cinco derrotas consecutivas en liga enterraron todo el proyecto que de la noche a la mañana no pudo conseguir nada en los siguientes años.
José Antonio Camacho, Mariano García Remón, Vanderlei Luxemburgo y Juan Ramón López Caro fueron los siguientes hombres al mando del equipo, un equipo que continuó adquiriendo jugadores de renombre a la ofensiva pero que también dejó de preocuparse por equilibrar el equipo y eso tuvo consecuencias. Ningún título en las dos siguientes campañas y un desempeño poco competitivo en todas las competiciones dejaron a Florentino tan mal parado que se convirtió en el primer presidente del club que dejó su cargo antes de finalizar su mandato.
Pero eso no era el final de Florentino, su regreso tuvo lugar tres años después, gracias a otra gran campaña llena de promesas de estrellas en el plantel y vaya que cumplió: Cristiano Ronaldo, Kaká y Karim Benzema se pusieron el jersey blanco y con ello la ilusión regresó para todo fan del Real Madrid aunque lamentablemente la ilusión se apagó gracias a un equipo que además de estar plagado de estrellas jugaba muy bien al fútbol: el FC Barcelona.
Manuel Pellegrini fue el encargado de tratar de enderezar el barco pero, pese a tener una gran campaña, no se consiguió algo lo cual le costó el puesto y dejó el banquillo listo para un hombre de gran talento pero con una personalidad extraña para dirigir al equipo: José Mourinho. Mourinho trajo estabilidad y resultados para el equipo (una copa del rey y una liga) pero su trato con la prensa, la polémica generada con el rival y la no obtención de la décima copa de Europa acabaron con la paciencia de Florentino y le dio las gracias pese a haber revivido al club.
Su relevo fue otro hombre con un palmarés impresionante: Carlo Ancelotti. Un grande del fútbol llegó para darle a Florentino y al Real Madrid lo que tanto ansiaban desde el año 2002, la décima y también a darle continuidad a un proyecto que ya estaba bastante bien encaminado. A comparación de lo que sucedió en su primera etapa el cambio de técnico sentó bien a la plantilla y todos estaban tranquilos.
Finalmente y para no variar en la época de Florentino, no todo fue bueno pues dejó que Ancelotti partiera trajo de relevo a Rafa Benítez, hombre trabajador pero que su estilo jamás causo alegría ni al plantel y a la afición. Los resultados no acompañaron a Benítez y justo iniciando el año y a seis meses de tomar el puesto lo tuvo que abandonar.
Para relevar a Rafa viene un hombre que se venía preparando desde abajo en el club y que es un tanto arriesgada su llegada tan repentina: Zinedine Zidane. El undécimo técnico de la era Florentino es como echar una moneda al aire pues de tener éxito y logra revivir al equipo podrá decirse que fue algo bueno, de no hacerlo habrá que darle tiempo pues es su primera experiencia en un equipo de primera pero algo que es escaso en la era Florentino es el tiempo.
¿Qué le depara a Florentino y su equipo el futuro? Nadie lo sabe y es esa volatilidad que ha tenido la que ha causado que se aleje de la élite futbolística el Real Madrid. Ojalá que en este caso su nueva apuesta traiga tranquilidad y estabilidad, algo que un equipo del palmarés y renombre como el que es Real Madrid merece.
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