En un partido donde lo que más se
puede aplaudir es la comunión entre equipo y afición, Toluca logró su primera
victoria del torneo en casa, la cual viste más porque fue frente al bicampeón
Atlas. Cabe destacar que aún hay muchas cosas por mejorar, como en todos los
equipos, siguen algunas desatenciones en defensa y la cosa no pinta mal, pero
frente a un rival con más tino pudo haber sido diferente la cosa.
Toluca salió con un par de
cambios respecto a la semana pasada, entrando Angulo y Marcel Ruíz y saliendo
Sierra y Rodríguez, esto fue benéfico para la dinámica del equipo y se notó inmediatamente
pues muy pronto se consiguió la ventaja. Fue tan bueno el arranque que en 15 minutos
ya habían caído los goles y pudieron haber sido más, pero un poco de falta de
tino más un paradón del arquero rival impidió que se viera más abultado el
marcador.
A partir del minuto 30 el partido
se emparejó, hubo oportunidades de ambos bandos, siendo una aprovechada por la
visita para descontar poco antes de acabar el primer tiempo. Ese gol cayó
gracias a otra desatención en zona baja, Baeza tuvo para despejar tranquilo y
por querer salir jugando le roban la bola y cae la anotación. Ese gol revivió a
los rojinegros e hizo que entraran mejor para la segunda parte.
Toluca parece que es un equipo al
que no le disgusta ceder el control del balón cuando cree que tiene el partido
controlado y quizá sea así, lástima que no estaba en su guion la expulsión de Marcel,
quien estaba dando un muy buen partido, y de ahí llegó el desorden, la presión
y el sufrimiento.
Con el tiempo añadido fue casi
media hora con desventaja numérica, con un Atlas que ya había generado mucho y
que logró otro gol por su insistencia. Después de esa anotación Toluca hizo la
clásica del “amontonamiento” en media para tratar de recuperar la bola y salió.
Con drama y lo que sea, pero se logró una victoria más que importante.
Hay que destacar cosas, por
ejemplo a un Leo Fernández enfervorizando la gente para apoyar más al equipo
durante los últimos minutos, un cuadro bajo que se dobló aunque no se rompió,
un equipo unido a diferencia del torneo pasado. Sí, 30 buenos minutos no
alcanzan, se debe alcanzar un rendimiento más parejo y quizá dejar de prestar
tanto la de gajos porque de nuevo se cedió mucho balón parado y eso tarde o
temprano va a ser contraproducente.
Triunfos son amores y si se sigue
así a media semana el boom anímico de todos los que conformamos al equipo se
irá al cielo. Será interesante lo que hará Ambriz para el próximo miércoles
para suplir a Marcel, la lógica indica que será Alan Rodríguez quien lo supla
por la necesidad de tener mexicanos en cancha, aunque podríamos ver el regreso
de Haret pues Huerta quedó tocado al final del partido.
Sea como sea, se deben buscar los
puntos en el Azteca y de lograr la victoria, de la manera que sea, confirmará
que Toluca está para pelear algo más allá del repechaje. Hoy la familia roja
duerme tranquila y ojalá que se mejore pronto, la consistencia es fundamental
para enfrentar a equipos poderosos.
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