Toluca perdió el invicto la noche de ayer
frente al América, un partido que para muchos es el que no se debe perder por
nada en el mundo, y más allá de que se perdieron 3 puntos fue un buen golpe de
realidad, a tiempo y que a futuro puede dejar cosas más positivas que
negativas, siempre y cuando el cuerpo técnico y los jugadores se den cuenta de
que solitos se han complicado los pocos partidos que van en el torneo.
Lo del Azteca pintaba para ser un encuentro movido,
entretenido y siento que así fue hasta el minuto 30, con ambos equipos
generando alguna oportunidad y queriendo aprovechar las deficiencias de las
defensas contrarias. El primer error llegó cortesía de Baeza, quien regaló una
tarjeta roja sin necesidad de hacerlo. Sí, muchos se escudarán en que el VAR y
lo que sea, pero no era una pelota que implicara barrerse, era media cancha, no
era una jugada de peligro, el campo estaba más que resbaladizo por la lluvia y
le falló la cabeza, el ansia lo dominó y se fue al vestidor para dejar al
equipo con uno menos por una hora.
Si con Atlas con 30 minutos de desventaja
numérica se vio mal el equipo, aquí se sabía que tarde o temprano iba a caer un
gol en contra y llegó poco antes de que acabara el primer tiempo,
lamentablemente para el rival (y afortunadamente para nosotros) el VAR lo anuló
de manera extraña y al medio tiempo se iba “sacando” el resultado.
El segundo tiempo demostró que Toluca es un
equipo al que no le molesta regalar el balón y ser dominado, porque tienen
mucha confianza en su defensa y creen que un latigazo puede bastar para sacar
algo. Esa táctica es un volado que puede o no puede salir y ayer no salió. De
acuerdo a lo que estaba en la cancha era más lógico (para mi) que el primer
cambio fuera el de Meneses por Sierra, porque todos sabemos que en una de esas
Leo podía sacar la magia, aunque ahora no pasó.
Jugar con 10 es complicado, pero no es pretexto
como para no intentar retener más la pelota, elaborar salidas largas y si bien
no vas a tener tanta claridad al atacar sí vas a causar molestia al rival, el
cual puede caer en la desesperación y desconcentración. Lo anterior no pasó y
bien dice el dicho “tanto va el cántaro al agua que se acaba rompiendo” y en
una jugada donde no hubo presión llegó el gol de la diferencia, ceder espacios
no es bueno y menos cuando queda un minuto por jugar.
No es que el tiempo se le esté agotando a
Ambriz, lo que sí es que es a cuentagotas el fútbol equilibrado que ha mostrado
el equipo en el naciente torneo. Las circunstancias en 2 de 3 partidos han sido
desfavorables por causa propia y quizás eso haya impedido que veamos mejores
segundos tiempos, pero la cosa no está como para que te lleguen tanto.
El aspecto mental también lo debe trabajar. No
es normal que haya partidos con expulsiones seguidas, debe hacerles entender
que el ímpetu es bueno, más no debe convertirse en imprudencia que deje al
equipo en desigualdad de condiciones. La defensa ya no comete tantos errores,
lástima que se sigue viendo endeble y todos los rivales han generado muchas
llegadas.
La ausencia de Baeza complica todo, es el único
5 referente y no hay quien lo supla, Alan Rodríguez puede que esté para 15-20
minutos, pero no es alguien que genere confianza para comandar la vital zona de
recuperación.
Los últimos puntos a tocar. Volpi hasta ahora
no se ha visto con el nivel que se necesita. Sí, aporta liderazgo, también hace
grandes atajadas, lo malo es que no se ha coordinado bien todavía y tiene unas
salidas que dan miedo, ahí debe trabajar. Lo otro el Charli González, corre,
lucha, pero no ha tenido mucho y necesitamos en la delantera algo más, no
podemos depender de que Leo haga magia siempre.
Duele la derrota, sí, aunque creo que puede
dejar más cosas positivas que si se hubiera sacado el empate, obvio si se
trabaja bien. Las falencias del equipo ya no se taparon y ahí es donde debe
afinar Ambriz. Tendrá mucho tiempo para preparar el partido contra Santos y que,
ahora sí, se pueda tener un rendimiento parejo.
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