La federación Mexicana de Fútbol
está metida en un gran lío con la FIFA, ya no sabe qué hacer y las
consecuencias de esto podrían ser muy grandes para ellos, para la selección
mexicana y para los aficionados y todo por una palabra: Puto.
Noble y rebelde la afición mexicana. |
Remontémonos al año 2004, al
preolímpico que daba los boletos y se celebraba en Guadalajara es la cuna del
dichoso grito que ahora rompe cabezas a tantas personas. México y Estados
Unidos buscaban llegar a la final y obtener uno de los dos boletos que llevaban
a la gran cita en Atenas, de pronto, en cada uno de los despejes del arquero
Countess, al encarrerarse para realizar el golpeo de balón se escuchaba desde
las tribunas un sonido parecido al “eeehhhhh” y cuando el contacto se realizaba
el “puto” hacía que retumbaran las gradas. Por supuesto que Countess no sabía
que significaba y la gente se divertía, sin saber hasta dónde llegaría su idea.
Los años pasaron, el grito se fue
diseminando por todos los estadios de México. A la federación no le importaba
eso, lo consideraban uno más de los improperios que surgen desde la tribuna y
quizás una evolución del ya olvidado “que lo vengan a ver, que lo vengan a ver,
ese no es un portero, es una puta de cabaret” que sonaba en los años ochenta y
noventa, puede que hasta antes.
Estadio Jalisco, el lugar donde se originó todo. |
No se sabe bien el origen de la
palabra puto. Dicen que proviene del latín putta y puttus que se pueden traducir
como chiquillo y chiquilla, pero eso no es más que una simple anécdota en
nuestros tiempos. El puto se utiliza para tratar de “ofender” a una persona
dando a entender que esa persona tiene es homosexual o menos hombre que el que
la grita. Hay quien la utiliza para referirse a la poca valentía, pero vamos,
eso no es el común en los estadios de fútbol.
La FIFA está en contra de
cualquier discriminación en sus tribunas y en sus campos, están muy atentos a
lo que sucede pues su negocio debe mantener una imagen pulcra frente a todos
los que los observan y más en una época donde cualquier detalle se vigila con
lupa, todo dentro de su demarcación está y debe estar controlado, dentro de sus
negocios.
Putin e Infantino estarán bajo la mirada del mundo en la confederaciones. |
Fuera de eso, a la FIFA no le
importa lo que pase en las calles y con los gobiernos, cantan sus dirigentes
que se está en contra de cualquier discriminación, pero no ven más allá de su
patio y otorgan competencias a federaciones alojadas en países que si bien no
son abiertamente discriminatorios, en el fondo lo son y no les preocupa. Rusia
es sede de la copa confederaciones y del mundial y, pese a sus leyes
discriminatorias, les fue otorgado ese honor.
Cuando le otorgas tu máxima
competición a un lugar donde el 43% de la población cree que la homosexualidad
es un hábito malo y no te importa, pero quieres castigar a una federación por
un grito que consideras homofóbico hay incongruencia. La política y el deporte
no se deberían mezclar, pero Infantino y sus hombres deberían tomarlo en cuenta
para medir con la misma vara.
No soy quien para decir si está
bien o está mal el grito de puto en las tribunas, personalmente no sale de mi
boca en los estadios a los que asisto, no me molesta que lo hagan las otras
personas, pero tampoco lo aplaudo. Ya veremos qué pasa en los juegos de la
selección mexicana, si la gente sigue gritando a diestra y siniestra o si
acatan las normas que les impondrán.