sábado, 11 de marzo de 2017

La debacle del fútbol mexicano.

El fútbol mexicano está sufriendo una crisis extrema, quizá la más grande desde aquella ocasión en que gracias al tema de los “cachirules” la selección nacional se quedó sin participar en el mundial de Italia 1990. En esta ocasión no ha sido a ese nivel, sino a nivel liga y seguro que las consecuencias de esta crisis pronto van a traer cambios, ya sea para bien o para mal.



Hay que dividir todo esto en dos partes, las cuales son la parte arbitral y la parte disciplinaria. Años de malos manejos, de poca capacidad de aplicar el reglamento de todas las partes, de la disminución de la autoridad de los nazarenos, del nulo interés de la comisión disciplinaria de aplicar el reglamento como se debe hacer, de exabruptos tanto de jugadores como de directivos frente a la autoridad causaron que la bomba detonara.

Y no, esto no es culpa de Pablo Aguilar, ni de Enrique Triverio ni mucho menos de Ricardo Peláez, esto solo fue la gota que derramo el vaso para los árbitros, para los jugadores, para los aficionados, para todo el mundo del fútbol.

Vayamos poco a poco. Los árbitros no son los mártires en esta historia, ellos son actores principales y todo lo que está pasando esconde el mal nivel que han tenido por años, estaban (y están) atravesando una crisis en su labor, su autoridad disminuyó mucho y ya no se les respetaba, pero tienen un punto justo a defender: son la autoridad y se les debe respetar (pese al mal trabajo que realizan).



Los jugadores: los hombres importantes del rectángulo verde vieron ablandarse a los hombres de negro, los ven como villanos por sus trabajos deficientes, es por eso que poco a poco las cosas se fueron tornando más turbias entre ambos bandos hasta llegar a lo que pasó con Aguilar y Triverio. Ojo, no fueron los primeros en el torneo en hacer eso, pero sí los que fueron sancionados por vez primera.

La comisión disciplinaria: Castigos tibios, malos manejos en situaciones críticas, desinterés en aplicar el reglamento de manera tajante…son algunos de los pecados que han cometido y eso le ha costado la falta de credibilidad de los otros grupos, aunque eso les importa poco, a ellos les importa sólo acatar órdenes de los directivos y dueños de los equipos sin importar que esto enturbie todo con su falta de congruencia.

Los directivos: A ellos sólo les importa el dinero, cuando menos a muchos, se pasan de largo el reglamento y modifican, hacen lo que les convenga sin mirar atrás.



Soluciones pueden existir muchas y también pueden sonar muy sencillas, pero no es tan fácil esto, todas las partes deben estar dispuestas a ceder y ofrecer cosas para que el balón vuelva a rodar y nos dejemos de cosas que sólo sirven para manchar el balompié. En días próximos conoceremos la resolución y ojalá, por el bien de todos, sea algo que realmente pese y no sólo sea, como se dice, "llamarada de petate"

Ahora que el gremio arbitral se unió e hizo un paro laboral, todo debe cambiar. Es y será un parteaguas o cuando menos eso se espera. Los jugadores deben respetar, los árbitros deben darse a respetar y mejorar su labor, la comisión disciplinaria debe meter mano dura y los directivos deben estar más atentos a mejorar siempre todos los aspectos posibles.

  

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